El uso intencionado de un término y además en primera plana y hasta el cansancio y repetidamente planificado indica que alguien o algo quiere persuadirnos, pervertir la realidad (pescar tu atención bajo la anestesia del ciudadano medio), imponer un estado de cosas a la manera que sus intereses maximicen sus beneficios. Habrá que poner más atención y dejar esa anestesia para otro momento y perforar el meollo del proselitista gargajo que nos echan como el que echa pienso a los animales. El poder es casi inagotable, casi infinito en medios para subvertir los significados: ¡atención!
Hay un dicho en derecho, más bien una pregunta que se formula el juez que ha de instruir: ¿a quién interesa un hecho, un crimen, etc? Tal vez, saber la respuesta al menos aproximada encamine a una resolución acertada en un 80% o dará un pista, un rastro que seguir.
A quién interesa decir que tras una ocupación/invasión fraudulenta de un territorio soberano, estafando a la inmensa mayoría, si la ONU lo es, pretendiendo que creyéramos que es “lícita y justa”, en nombre de la democracia y la libertad: y lo que es peor y verdaderamente inmoral, en nuestro nombre. A quién interesa decir que lo que es una resistencia ante el invasor, es “terrorismo” y se empeñan en repetirlo (sobre todo, en los medios de comunicación públicos: es el típico uso que el poder hace de su instrumento preferido, la televisión) Y por qué no guerra de guerrillas, resistencia y legítima defensa, guerrilla de desgaste, guerra de independencia contra el opresor...
Sabemos la verdad: un grande y poderoso país por razones económico/energéticas y estratégicas quiere apropiarse de una manera u otra de esa zona del mundo a las bravas militares (qué importa un asesinato masivo más o menos, qué importa la población, qué les importa lo que no les afecta); luego dejarán al títere de turno y conveniente y ya no les moverán de ese redil, siempre tendrá la excusa de la democracia o el “terrorismo internacional” que nadie se cree (a la vez, ellos lideran el “terrorismo de estado” en el mundo). ¿Quién es mejor? Todo me huele al viejo lema fascista de “espacio vital” y a un “ultranacionalismo” de baja estofa junto a su ya conocido militarismo y su desproporcionada industria made in Usa, es decir, acrecentar el poder de hacer y deshacer a su antojo sobre un territorio y acrecentar sus dividendos, obtener energía barata y otros bienes, en fin, extender sus dominios con la fuerza de las armas u otros “medios”, despreciar las leyes internacionales, chantajear a los que no comulgan con ellos como un vulgar gángster. Sin embargo, se sabe también que los Imperios no duran siempre, tal vez su decadencia ha comenzado y como esa alimaña herida que se revuelca en su mierda febril se convierte en fiera de cuidado. Confío que los mismos ciudadanos de USA rectifiquen a sus gobernantes, les aten en corto: porque éstos no hacen más que mostrar signos de demencia senil con adornos esquizoides/paranoicos (como en la ya conocidísima y horrenda década 1947-57 del senador republicano Joseph R. McCarthy 'cazando brujas').
Luego, ellos mismos, la concubina/títere Aznar y otros intentarán “justificar”, blanquear un crimen ya consumado con el uso y abuso de la SEMÁNTICA, la noble ciencia de los significados de las palabras, y dar la vuelta a la realidad con estilo en una metamorfosis, de fea oruga a simpática mariposa, como en este caso.
Quisiera verlos todos juntos: los cadáveres y todo el dolor amontonado de aquellas lluvias (la guerra del Golfo, de Afganistán, de Palestina, esa sangría sin fin) y de estos lodos, la guerra de Irak, la de los Bush, el madero podrido, el padre, y la astilla desalmada, el hijo (más de 10 años de sangre y dolor). Miles, todos amontonados y llevarlos al jardín del Palacio de la Moncloa, o al estéril edificio de la Derecha española, el Partido Popular (¿qué sinvergüenza dijo una vez que Centro político?), y ante ese espectáculo qué podrán decir: ¿Esta guerra es justificable, es legal, que tienen la conciencia tranquila, son inocentes? Siempre habría otras soluciones si tuvieran la buena voluntad que es necesaria y de la que carecen, pero a ellos no les interesa y atizan más al fuego, desparraman sobre tierras ya castigadas más odio. Así no acabará nunca y será una historia interminable. ¿Quién dice que la guerra ha terminado, cuántos muertos más o vivos sin sus parientes o medio muertos, pagando el precio de las divisas que se llevarán otros, cuánta miseria más...?
No hay realidad “mejor”, como todos esos muertos juntos, para taparles la boca: cuyos culpables y cómplices deberían estar delante del Tribunal Penal Internacional (ahora entiendo por qué el gobierno USA, el “republicanismo” pasado de rosca, no querrá ratificar con todas sus consecuencias el Estatuto de Roma como instrumento vital para defender eficazmente los Derechos Humanos en este asqueroso mundo y garantizar el cumplimiento de Leyes Internacionales en vigor hoy ya pisadas: para que ningún crimen de lesa humanidad u otros, como la invasión de territorio soberano, quede impune.)
Nihil Scitur
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