sábado, abril 02, 2005
GIORDANO BRUNO (O el mártir por la libertad de pensamiento)
Declarado hereje impenitente, pertinaz y obstinado.
En aciago día de febrero del 1600 el Nolano escuchó el pronunciamiento sin enmienda de la Inquisición en Roma: “A la hoguera con él”, y a la hoguera le llevaron (no voluntariamente). Desnudo y atado a un palo, con la lengua prendida a una prensa de madera (encadenando para siempre la libertad de decir, de pensar, de penetrar en los misterios de la ciencia y, por supuesto, de maldecirlos antes de morir) fue quemado vivo. Mas no abjuró de sus verdades expuestas, como sí lo hizo Galileo de las propias salvando el pellejo, después de también un largo y doloroso proceso, y emitiendo para la posteridad aquellas palabras que son el sol contra la noche del oscurantismo religioso y, por ende, de todos los oscurantismos de distintos pelajes en todos los tiempos: “y sin embargo se mueve”. ¿Será que la carne chamuscada no huele bien, sobre todo, si es la de uno mismo?
Como siempre la Historia se repite. El poder hace de su capa un sayo, se lo guisa y se lo devora; santo oficio el suyo, luego se lava manos y conciencia: mata, crea guerras, condena... Pero, con qué autoridad moral podría condenar, por ejemplo, a un asesino (que lo sea) si el Poder, también, asesina y es, en acto, criminal y, en potencia, un arma ebria y sin límites, sin titubeo (pues, la lógica deshumanizada que maneja puede justificar todo, todo le está permitido, a=b y en línea recta, es una fiera dogmática y, por antonomasia, sin corazón ni entrañas.)
Giordano Bruno es otro de esos y tantos mártires que padece posiciones “irracionales”, de la vieja táctica “no hay medios que no valgan para la consecución de un fin”, de posiciones conservadoras, que no cesan de obstruir el libre fluir, el progreso, el cambio verdadero. De fieras históricas devoradoras de hombres y sedientas de sangre, de rencores refluyentes (o bilis enlatada y a presión) con ganas de echar leña al fuego o sembrar cizaña en campos que “podrían ser hermosos y fértiles de verde trigo en primavera”. Como siempre la Historia se repite. Es un misterio.
Una idea de progreso.
Giordano no tenía el optimista concepto de la linealidad, era de esperar. No hay mejora de continuo del género, en todo caso, sólo lo habrá en un ciclo; sin embargo, terminado éste, vuelta a empezar en un triste y ya conocido eterno retorno por la misma vía de entonces. La Historia es un círculo (sin canuto) con el horrendo vicio de repetir errores, de tropezar en la misma pedregosa sensación de no superarse. La Historia es una alternancia de luces y sombras, de días y noches, de lo bueno y de lo malo, de idas y venidas, de verdad y error, atrapada en una “vicisitud” sin fin, ni signos de puntuación. La permutación de las cosas y la alternancia de los contrarios.
Ellos dicen: “Dejemos que cambien las cosas, para que continúen igual.” Lo consiguen, por supuesto, así es. Es el centro de sus líneas políticas. No obstante, deben convencer a la población que cambian las cosas o quieren cambiarlas y es, según parece, harto fácil con las técnicas tan depuradas de “la mentira, el lavado de cara, el hacer que se conformen, contarles un cuento para dormir todas las noches, inventarles un “enemigo” para que se entretengan en “la escuela de patriotas”. Podrá cambiar el contorno, la máscara, pero el meollo será el mismo. La política Internacional sigue igual, la ley del más fuerte, que no se sonroja cuando acomete la empresa más claramente injusta, incluso, el asesinato colectivo a base de bombardeos. O la religión siempre tan dogmática y sospechosa (una camita caliente para desesperados, carne de cañón de sectas). Sin duda, la religión es un buen instrumento para acogotar conciencias y también instrumento político de primer orden (en este sentido, verdaderamente eficiente, hay que reconocerlo). En cuanto a la justicia social, ahora, los ricos son más ricos y los pobres más pobres y jodidos en sus distintas gradaciones: ¿qué cínico, quién quiere convencerme de que las clases sociales no existen y son reliquia de fines del siglo xix? El futuro del tercer mundo será mucho peor, mientras que "esos países que crean guerras para enriquecerse, sólo para incrementar poder y beneficios", por supuesto con el puto cinismo que les caracteriza, que me da asco, serán la hostia sagrada de este mundo.
No miremos la realidad con las gafas divertidas y rosáceas que nos quieren imponer, sino al contrario hay que tomarlas y pisarlas. Al principio nos hará daño la luz contra nuestros ojos, pero al rato de acostumbrarse seguro que veremos los que nuestros ojos ven y los que nuestros dedos tocan. ¡Suerte y Libertad!
Nihil Scitur
Enlázalo, si quieres... Escrito por Daniel Espín @ A las 00:07 horas... La Bitácora Del Filósofo Errante.
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§ COLOFÓN
Este mammotrectus comenzóse a publicar en las calendas de noviembre,
día de todos los santos, año de 2003, desde la muy noble
e ilustre villa y capital de los
Carpetanos.
Copyright © 2003-2023, Daniel Espín.
NIHIL /\ SCITUR
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“Aquí tenéis, en canto y alma, al hombre
aquel que amó, vivió, murió por dentro
y un buen día bajó a la calle: entonces
comprendió: y rompió todos sus versos.
[...]
Yo doy todos mis versos por un hombre
en paz...”
Blas de Otero,
Pido la paz y la palabra.
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