Hoy releo a Cioran, y leer a Cioran, el diogeneida, el no-filósofo o el poeta en la cena de las cenizas, es una terapia de humildad para una civilización "engreída" en sumo grado, Antropocéntrica, Egocéntrica, completamente Idiota. Decía, "llevo luto desde que nací, luto por este mundo". Oh, cada cual cómicamente persuadidos de la importancia del Ego Sum y en egolatrías ocupados, o de que existe un sentido elevado, arrobador y ultramontano que bajo el ridículo palio pretende salvarnos los fastos de la miseria de la brevedad y de la carne inoperante con un no sé qué más allá: cuentos de miedo y de angustia para viejas pías. No tengas miedo a desaparecer cuando corresponda, y no tengas miedo a ser libre. Oh, qué manera tan burda y poco sutil poseen las religiones monoteístas de infiltrarse silenciosamente como una víbora reptante en las cabezas por el miedo, por la angustia, pero el caballo de troya, cuidado, trae otros regalos en forma de control y manejo de la conciencia y otras diabladas políticas o crematísticas que "proponen" los predicadores. Oh, huye de donde halles un predicador salva-almas, un papa cruzado o afines ortodoncistas de psiques, un imán gritón y dado a manotear, un rabino cabeceador y armado de mala leche, o un político conservador con la pegajosa teocracia en una mano detrás de la espalda como una piedra liberticida, y en la otra un caramelo-adormidera para que no cambie nada en este mundo: Oh, libérate del ruido que producen, desconfía sin más. No quieren la paz, ni la fraternidad como dicen, estos cazadores de caballos en libertad quieren el poder, y manufacturar a su imagen y semejanza tu conciencia, y recluirte en su puño bien cerrado hasta asfixiarte. Las conclusiones a las que llegues sean por ti mismo como un aventurero en jungla infestada de manipuladores y de mentiras malintencionadas o de medias berzas que pasan por coliflores. Te aconsejo que no bajes la guardia cuando hablen contigo y te quieran seducir como panteras pardas. Te aconsejo también que no tampoco te fíes de este filósofo errante, incluso, si es necesario destruye hasta este papel emborronado en que escribo estas palabras y olvídalo en mitad del Sahara [allí, donde piensa despacio el Pensador de Rodin para no olvidar que será alguna vez también Desierto e Inercia]. Pero, eso sí mientras late tu corazón, cuida tu conciencia como un jardín libre y salvaje en que crezcan las margaritas donde te venga en gana y, si te apetece, desordenadamente...
Nihil Scitur