Te saludo, Tita, y con gratitud,
[¿cómo anda la ciudad de México, y te trata bien?:
Eres muy amable, Tita, por leer este blog que apenas lee nadie. Especialmente porque dices que "te hace pensar". Sin más, ése es el objetivo [si lo tuviera, sería ese mismo]: el que el pensamiento se mueva y provoque e inquiete, el que despierte a la conciencia para revisitar viejos presupuestos que nunca pensaste en revisar como te parezca y a tu juicio. Sin embargo quiero dejar claro que no quiero convencer [sería entonces un fracaso], ni quiero "iluminar" [sería ridículo]: sino quiero que el lector casual desde este punto continúe buscando, inquiriendo, investigando con honestidad y, si es necesario incluso, destruir la idea del primer móvil, el que pudo haber iniciado el estímulo, en este caso estos escritos mal que bien redactados o tal vez pobremente falsacionistas o ilustrativos, pues llega un momento en que no importan lo más mínimo o deben importarte un bledo, salvo para iniciar el camino del pensamiento como un espoleador neutro. Soliviantar a la Pereza del pensamiento. Creo que comprendes. El Filósofo Errante no es receptor y guardián de verdades eternas y absolutas y asimismo le repelen como una enfermedad infecciosa, afortunadamente; tampoco las poseen los papistas que pululan en todos los ámbitos sociales y políticos, en las artes y en la historia, en los medios de comunicación, afortunadamente, aunque lo pretenden. El Filósofo Errante no es ni quiere ser papa ni papista, afortunadamente.
El Filósofo Errante Es porque camina sobre el pensamiento en un movimiento perpetuo. Pues el Escéptico, pese a su fama de descreído no lo es ni deja de serlo [no confundir con los nihilistas], solamente le caracteriza su resistencia infinitesimal a creer, a verificar, a santificar, a endiosar, pero especialmente, desde los presupuestos grecolatinos [de Pirrón, Antístenes, Sexto Empírico, etc], le caracteriza el trabajo de desmontar toda "verdad absoluta e inamovible y perversa" del dogmático, del dogmatismo, del Poder sea cual sea religioso, político, militar, plutocrático y con pretensiones absolutistas e imperiales: sus enemigos naturales. El Escéptico además éticamente suele ser honesto y grato y cívico y amable y sincero; por el contrario dudaría que lo fuera verdaderamente. Este Filósofo Errante, acaso este pseudo alter ego mío, es un escéptico de otros tiempos para estos tiempos convulsos y desconcertantes y hasta criminales.
El Filósofo Errante:
a) Es nietzscheano en lo combativo, y libre y valiente en el decir y pensar, aunque personalmente disienta de contenidos ambiguos (o casi desvaríos por ese andar el límite y a contracorriente): me interesa el Nietzsche que Piensa y Dice y Escribe desde una Radical Independencia y Libertad, aunque no me guste lo que plantea o no se ajuste a mis planteamientos e incluso cuando pueda repatearme las tripas: es el despertador a las seis de la conciencia, el "avive el seso y despierte", porque es la hora del pensamiento en lucha, en su esfuerzo por esclarecerse y llenarse de contenido razonado: para que tires del hilo de la madeja que nunca habías elegido por su color aunque luego lo reniegues tres veces antes de terminar la última página, sé libre y piensa sin miedo, pero con rigor y honestidad. Como sabes en los últimos años de su vida le conocían como "El filósofo errante" y así ejercía en virtud a esa lucha inacabable...
b) Es un Escéptico cuya principal labor es descolocar al Dogmático y malbaratar el castillo de naipes de sus verdades absolutas o sus mentiras disfrazadas [siempre tan dañinas y codiciosas y expansivas]. No hay nada eterno ni irrefutable: hasta lo más sagrado puede disolverse en el aire como por arte de magia... Toda importancia es relativa.
c) Y, como afirmaba Albert Camus [otro de mis dilectos filósofos], Es [en cuanto] Está siempre, siempre del lado que sufre la Historia.
No obstante también, Tita, espero que te divierta como la última "bufonada pánica", además de que te sea estimulante. No hay sin duda mejor halago, muchas gracias.
Un abrazo y hasta pronto.
Nihil Scitur.