No importan los géneros, los parentescos, las amistades, los huéspedes, las custodias, los vínculos a veces extraños que reúnen a las personas en un círculo que denominamos, por decir algo, familia actualmente. La finalidad es una y nada más que una: que la cría se desarrolle hasta alcanzar una madurez suficiente y destrezas útiles para la supervivencia en su medio. Todo lo que añadan a esto es mera morralla política, religiosa, ideológica, pseudocientífica para imponerla como la única posible. Sus argumentos son verdaderamente ridículos y desarmables en una sociedad cambiante, laica, libre y democrática como la nuestra. Todavía no se han dado cuenta esos carcamales, dinosaurios, borjamaris con abuelos nacionalcatólicos, burgueses de medio pelo, esas cabezas de corcho, la ecclesia mater con su ramalazo de rancia opresión y conservadurismo y un largo etcétera que omito: que la vida es libertad y no es algo que pueda meterse en una jaula si no les obedece a su criterio, según les parezca a sus señorías. Dejen ser a la vida, que sabe lo que se hace mejor que ustedes.
Si hay amor y lo susodicho, venga de donde venga, ¿ustedes donde encuentran el problema? Si lo encuentran es que el problema lo tienen ustedes mismos, tal vez, con sus propios hijos o padres o abuelos o quién sabe, con una educación recibida que a estas alturas de la evolución de una sociedad de progreso es un lastre para ustedes y para la sociedad en que viven.
Nihil Scitur