Salud, Poseidónida:
Sabes, mi querido enemigo, que Somos provisionales. Tú. Él. Ellos son, vosotros sois, nosotros somos: provisionales. Y por supuesto Yo mismo más que Nadie [o Nadie más que Tú], porque lo sé con certeza. Sabes que los espejos vomitan sólo una hipótesis de ti mismo, de las cosas, de las naciones, del más aquí y del más allá, de lo que admiras y de lo que odias. Los espejos recusan a veces el orondo y cóncavo reflejo de tus miedos, o del miedo ancestral incrustado e irracional en el tan antiquísimo sistema nervioso del Hombre [que no ha cambiado en absoluto] desde los más cuaternarios estadios de su evolución, ¿existe dios, o sólo es el miedo a morir sin más que añadir sin florituras escatológicas ni divinas, o ser creyente sólo es una respuesta precipitada [un salto epistemológico más que deshonesto], porque lo contrario sería para cada cual insoportable, o sólo es una treta del Ego o del Poder o de la engreída y ensoberbecida Especie para sobrevivirse de la nada, de la tontería, de la angustia en tardes de domingo? Sabes de nuestros límites, y sabes que condicionan las pequeñas desesperaciones de lo cotidiano. Oh, acepta tus límites con honor y coraje. Todas las respuestas que guardas como impecables o infalibles en el bolsillo para tu tranquilidad [en un momento dado] son la sombra de un sueño y retratan borrosamente sólo formas de humo y espejismos a la caída de la tarde. Imaginas un mundo fuera de éste, fuera del Tiempo. La Fe imagina, e imaginar es gratis [o no, y se paga un precio, ¿cuál es tu precio?], pero que no cueste ni sangre ni guerra. Prefiero la Inteligencia antes que la Fe, es decir, esa necia Fe de saltar a esos vacíos construídos desde el tejado deshonestamente antes de vislumbrar o llegar a puerto [el que no existe en el mapa], que se presupone y, sin embargo, parece que a algunos les quiere otorgar derechos de pernada y diezmos para imponer valores por ridículo iluminismo al resto de los mortales. Conquistando conciencias a base de mentiras y soflamas. La Fe, la Hipótesis no es el Conocimiento ni la Verdad... Verdades hay muchas, Polifemo, bendito pastor y soñador de nubes y atizador de tormentas en un vaso.
Oh, acepta tus límites con honor y coraje, como Sísifo lo expresó en cuerpo y alma en el esfuerzo de ascender y descender, en mitad del ascenso con aquella piedra a cuestas hacia la cumbre, o en mitad del descenso a los infiernos y a la nada sin red, mojado de melancolía que le brotaba en hilillos de su frente después de la lluvia contra los cristales de lo posible. Respirando, a pleno pulmón, libertad y absurdo. Bienaventurado sea Sísifo, el montañero, el matador de dogmas y astillador de caballos de troya: es el esfuerzo continuo por alcanzar el Conocimiento que sabe nunca alcanzará; aunque, sabes que sólo el esfuerzo de hacerlo y la alegría de vivir da sentido a lo que no lo tiene.
En todo caso, mi querido enemigo, que tus míseras "verdades" o medias mentiras y vómitos acidulados de codicia cualquiera que sea no se acompañen de crueldad, de injusticia o de imposición fanática o de que generen odio y crispación o coarten la libertad y los derechos de los demás, en fin, de no causar daño ni masacres, cíclope, gigante y ciego Polifemo: y cada cual, cuando sea la hora incierta y se marche de este mundo orgánico al inorgánico o a ninguna parte o donde coño te parezca si así te parece en conciencia o donde Tú creas que vas porque sí, se lleve también su basura acumulada de "verdades" y residuos dudosos para dejarlo todo bien limpio nutriendo la tierra para que florezca de nuevo, puesto que Nadie es necesario. Buen viaje: aunque, si fuera posible y antes de irte, también sí, se te pediría que hayas sembrado un poco de paz en la buena tierra, y mucha menos porquería feroz, venenosa y dogmática para las mentes pobres, crédulas y patrioteras.
Nihil Scitur