No es fácil leer versos
y si tu curiosidad natural te conduce a esa "patria" es:
* No porque te guste o no te guste un poema concreto, eso es lo de menos;
* sino porque sin querer, sin saberlo has penetrado en su significado profundo abriendo puertas y dobles fondos, donde las palabras pierden su forma, son entonces como líquidas ondas en una laguna de montaña casi silentes, y te ha conmovido, indignado, emocionado, hecho comprender algo que pasaste desapercibido o qué sé yo: toca la cuerda de la vieja mandolina escondida en el trastero (clin, clan). Porque sientes o lo entiendes: en ese instante toda tu vida es la consonante al lado de la vocal (el poema) y ambas rearman una sílaba, sois un sonoro "he ahí lo mismo que yo siento o he sentido o sentí una vez". La verdadera comunicación de cerca y en mayúsculas.
* He ahí la magia de la palabra poética. No sabrás por qué ni cómo te ha llegado o lo has entendido (aun sea cuarto y mitad de poema,
* aun en su vaho indefinido de música, porque antes que nada la poesía es ritmo y armonía, y de imágenes sucesivas en una explosión de libertad e imaginación). Casi ex nihilo, crear algo como en un sueño, miles de imágenes en un trote de sugerencias, yuxtaposiciones y contrastes, colores, figuras, ideas. De hecho la palabra poesía deriva del griego "póiesis" que significa "creación", y eso lo dice todo.
* Es también síntesis, el aleph: En un verso podría estar contenida una novela entera, o la verdad que andabas buscando en el Boletín Oficial del Estado de cuatro lustros, o una sencilla sonrisa de alguien que te saluda de corazón y te abraza (al final de la estrofa tercera) en una bonita mañana de otoño.
* Sólo has de encontrarte (a veces, por azar) con ese verso dilucidador en una inflexión de ese tiempo que vives a velocidad de vértigo en los tiempos modernos.
* Sólo autenticidad. En el arte poética hay un punto que separa de alguna manera la paja del trigo y se refiere a la actitud del poeta frente a su “creatura”. Depende en gran parte del tanto de verdad de sí mismo que arroje a la palestra. Del resultado de esa agónica lucha nace algo que late negro sobre blanco, palabras que no mienten. La mentira en el arte, la artificiosidad, lo vendible o lo que se vende, el adorno, las arquitecturas vanas (que ocultan u omiten el “water” donde escupir o cagar o vomitar), lo que decora y sólo es efluvio estético sin sangre ni ardor delimita las fronteras, de una parte, de lo que es verdaderamente valioso y, por otra parte, de lo que sólo “entretiene”. Aunque siempre añado que hasta en la basura, si escarbas, encuentras algo útil y bueno. Tal vez, como lo que tú, querida Yolanda, ahora lees; no me importa que lo pienses, lo que no te perdonaría es que no pienses algo, “de lo que sea”, y que despliegues las mil y una preguntas aunque no les halles respuesta, y seas así libre.
* Para poner el punto al final del renglón, algunos dichos y hechos de poetas apóstoles de la causa de la Poesía en la literatura hispánica.
Eduardo Marquina: “Poeta es el hombre que tiene el don de idear y expresar los que los demás presienten y no saben decir.”
Antonio Machado: “El poeta profesa, más o menos conscientemente, una metafísica existencialista, en la cual el tiempo alcanza un valor absoluto. Inquietud, angustia, temores, resignación, esperanza, impaciencia que el poeta canta, son signos del tiempo, y a la par, revelaciones del ser en la conciencia humana”.
León Felipe: “Por hoy, y para mí, la poesía no es más que un sistema luminoso de señales. Hogueras que encendemos aquí abajo, entre tinieblas encontradas, para que alguien nos vea, para que no nos olviden.”
Pedro Salinas: “Estimo en la poesía, sobre todo, la autenticidad. Luego, la belleza. Después, el ingenio. [...] Toda poesía es incomparable, única, como el rayo o el grano de arena.”
Juan Larrea: “Hoy el arte es un problema de generosidad. Todo menos el simulacro cobarde. [...] Nuestra literatura no es ni literatura; es pasión y vitavirilidad por los cuatro costados.”
Gerardo Diego. “Creer lo que no vimos, dicen que es la Fe. Crear lo que nunca veremos, esto es la Poesía.”
Federico García Lorca: “Pero ¿qué voy a decir yo de la poesía? ¿Qué voy a decir de esas nubes, de ese cielo? Mirar, mirar, mirarlas, mirarle, y nada más. Comprenderás que un poeta no puede decir nada de la Poesía. Eso dejáselo a los profesores y críticos. Pero ni tú ni yo ni ningún poeta sabemos lo que es la Poesía. Aquí está: mira. Yo tengo el fuego en mis manos.”
[...]
Nada más.
Nihil Scitur
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