Dejad que hable y hable, y cuanto más lo haga, más irá socavando más y más su fosa electoral para el cadáver político que será: bien ataviado y guapo, pero apestoso para la Historia.
Dejad, dejad que hable la derecha española. Dejad que continúen en esa línea de alta tensión de la barbaridad y la zafia mentira [en esa estrategia de repeticiones cansinas y enfangamiento aun falseando, para que algo sedimente en los más fáciles de convencer mordiéndoles las vísceras patrias]. Dejad que invente rabiosos perros de caza contraZapateristas, contra todos, contra todo en su desesperación por el Poder, porque sí. Que como Acteón, el cazador cazado, probará las fauces de sus propios perros, porque la Mentira posee su amargo castigo en la buena memoria antes o después, y no es sempiterna ni queda impune la chirriante sordina de sus estridencias.
Dejad, dejad que se acerque: al barranco...
Dejad que hable. Porque la Verdad se realza contra la porquería más abyecta, y no tiene vuelta de hoja, y todos esos perros que el Partido Popular ha soltado y está soltando por una boca descerrajada e insensata ya comienzan a ladrarles a ellos mismos, a sus propios dueños y burdos inventores, y alguno de los peores canes, supurando espuma por los colmillos: hasta les devorará en forma de fracaso en los próximos comicios.
Quién no aprende de Acteón, el cazador cazado, que fue devorado por sus propios perros...
Nihil Scitur